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lapaginadepablo - La columna

Viaje a Italia, día 6 de abril

Tras el shock de los Happiness, sigo contando mi viaje por Italia.

Sí, ya sé que en estos días he recorrido más kilómetros que en todo el año junto. A lo que voy, que hoy toca viaje a Venecia. ¡Qué ciudad más maravillosa! Es que es diferente a todo lo que puedas haber visto hasta ahora. Esos canales, esas calles estrechas y retorcidas, más canales, las góndolas...

Venecia (1)

Lo malo: que llegamos y estaba diluviando. Casi literalmente. Total, que nuestra única solución fue comprarnos unos impermeables (como el 99% de los guiris que estábamos allí). ¡Qué malo hacía! Porque además de diluviar hacía un viento increíble, y un frío considerable. Vamos, que un día ideal para hacer turismo.

Venecia (2)

Pero bueno, sobrevivimos. Tras intentar ir semi-free* en el vaporetto, aunque no coló porque la tía que controlaba los billetes hablaba español, recorrimos el Gran Canal (qué vistas, y qué maravilla) y llegamos a la Plaza de San Marcos. Nos tocó hacer cola bajo el diluvio para poder entrar a la catedral, pero bueno. Tras la catedral, vimos el Palazzo Ducale, que es tan grande que tardamos más de dos horas en verlo, y cuando salimos... ¡había dejado de llover! ¡Menos mal! Aunque seguía haciendo frío, por lo menos no llovía. Así que al fin pudimos hacer turismo decentemente, los vendedores pudieron poner sus puestos en la calle y las palomas volvieron a la plaza. Porque esa plaza es suya; de hecho Pablo asegura que, si el sueño de tu vida es dar una patada a una paloma, estás en el lugar indicado.

Y bueno, como los otros días me he enrollado mucho, ahora seré más breve. Sólo recalcar que esa ciudad es única. Aunque está que se cae (literalmente, ya que se está hundiendo), supongo que por la corrosión, hay que verla. Cada esquina es un lugar para hacer una foto, entre canales, calles, edificios...

Venecia (3)

Para terminar, lo que más me ha llamado la atención: en casi todas las esquinas de las calles hay carteles para indicar por dónde se va a los sitios principales (la estación, la plaza, el puente de Rialto (ese blanco tan conocido) y alguno más). ¿El motivo? Muy fácil, si no los hubiera aún estaría allí intentando salir. Es una ciudad tan laberíntica, con unas calles tan iguales, y es tan difícil orientarte, que no saldrías de allí nunca; algo parecido al libro "La vuelta a la Galia" de Astérix, cuando los romanos se pierden en un pueblo laberíntico. Pero lo mejor es que en algunas esquinas te manda al mismo sitio en sentidos opuestos; entonces ¿cuál eliges? Pito, pito, colorito...

Venecia (4)

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* Esto del semi-free ya lo explicaré en el resumen.

5 comentarios

Chandler M. Bing -

Ah, vale. De nada, mujer; me alegro de que te haya hecho ilusión.

Rocío -

Que sí, hombre, que soy yo, la del enlace a la derecha!!!

Chandler M. Bing -

¿Engh?
Ah, y lo del helado, fueron tantas cosas en tan pocos días que ahora dudo si fue en Florencia o en Venecia... Cuando vea al otro Pablo, mi compi de viaje, le preguntaré.

*Rocío* -

C*ño, pero si soy yo!!! jooo... GRACIAS... qué peazo de ilusión me acabas de dar!!

Rocío -

Aún a riesgo de repetirme: halaaaa... qué fotos más bonitas.... snif... Buah, Venecia es la leche. Yo cuando fui me ocurrió lo contrario: hacía tanto calor y humedad que era imposible respirar, qué ahogo, por dios, casi muero... Tengo que volver en condiciones más humanas para disfrutarla como se merece, pero vamos, que aún así guardo un gran recuerdo de ella. Maravillosa!

PD: ese helado que comentabas en el post de Florencia... puf, tengo que probarlo!!!