¿Tengo cara de tener pasta?
Y no lo pregunto por los innumerables pedigüeños que me acosan en Salamanca (y, ahora que recuerdo, no os conté el de la estación de autobuses). Resulta que me ha llegado el otro día una carta, si recuerdo bien de Aena, en la que me ofrecían hacerme ¡una Visa Platinum!
Vamos, hombre, si mi sueldo mensual no me permitiría ni llegar al mínimo de gasto, ¡ni siquiera gastándomelo íntegramente! Pero iba a molar mil ir al Día/Mercadona/etc y sacarle a la cajera esta tarjeta.
Y estos tíos no sé de dónde habrán deducido que tengo pasta. ¡Si he pagado el billete a Italia en una low-cost y con una Electrón, que no me cobran comisión! Sí, la vida del estudiante es muy dura (y muy canina).
3 comentarios
Lelo -
*rocío* -
El aspecto de tu blog me resulta familiar... jejeje. La invasión de Odies mola. Vivan las viñetas de Garfield!
Patricia -